domingo, abril 06, 2008

Lo que D´Elía nos dejó


Como últimamente estoy medio perezoso para escribir y algún que otro amigo pide que diga algo con respecto a todo este barullo del campo, es que voy a pegar unos parrafitos de una nota de opinión que salió hoy en La Nación. Está muy bueno encontrar el pensamiento de uno en las palabras del otro. ¡Y encima ahorra trabajo! ¡Chapeau!

Diego.


Lo que nos enseñó D´Elía

Por Ariel Armony
Director del Goldfarb Center, dentro del Colby College, en el área de estudios latinoamericanos


“…Hay que examinar las palabras de D’Elía con mucho cuidado. Su apelación a la violencia es inadmisible. No queda la menor duda. Nunca más deberíamos escuchar este tipo de desbordes, ya sea en los medios de comunicación masiva o en la intimidad del hogar. Pero una parte de las declaraciones de D’Elía, la que menor atención ha recibido, conlleva un significado muy importante. “Sépanlo de mi boca –dijo el ex funcionario–. Ustedes piensan que nosotros somos inmundicia, escoria, barbarie.” La dolorosa realidad es que D’Elía, cuando dice esto, tiene razón…”

“…La Argentina intenta seguir viviendo la ilusión de ser un país racialmente homogéneo, mayormente europeo y, por ende, blanco, donde la discriminación no existe. Es lamentable que los exabruptos de un individuo como D’Elía sean los que nos digan a los gritos que la Argentina no es ese país que muchos se emperran en seguir imaginando.
De la crueldad de los chistes (“¿Cuánto tarda una boliviana en sacar la basura? Nueve meses”) a la crueldad de la arquitectura (el baño de la “habitación de servicio” que no tiene conexión de agua caliente). De las pésimas escuelas en innumerables pueblitos del país a los colegios privados que piden una “foto familiar” como parte del proceso de admisión. Del apartheid en los ascensores de cientos de edificios al valor casi inexistente de la dignidad de una niña violada en una provincia del Noroeste. Esta es la realidad que subyace al comentario “nosotros somos inmundicia, escoria, barbarie”….”

“…Sin embargo, no puedo creer que una persona con un mínimo de dignidad y contacto con la realidad pueda dudar de que la Argentina es un país en el que las divisiones entre “blancos” y “negros” (por más difícil que sea distinguir a veces entre unos y otros) son reales y tangibles…”

“…Nos guste o no, Luis D’Elía es parte de quienes somos. Es parte de la Argentina. Como tantos otros matones asociados a la política, representa a un país que continúa resolviendo las diferencias por medio de la violencia, la agresión y las amenazas…”