domingo, julio 05, 2009

Como llegué a Twitter


Llegué a Twitter luego de pasar por dos estados bastante antagónicos. Ahora hace dos meses que cuento con esta herramienta y su uso ya me despierta alguna que otra reflexión. Vamos por partes, hoy voy a contar como llegué hasta aquí.
Hace un tiempo bastante considerable me enteré de la existencia de twitter. El climax de conocimiento lo experimenté cuando los medios argentinos comenzaron a darle mucha pelota a la vida de Barack Obama. En ella, parece, entraba este utensillo. Hasta ese momento me generaba risa y me parecía más de lo mismo que abunda en la net: o sea un vomitadero electrónico para egocéntricos apasionados en revelar sus vidas a diestra y siniestra. Sólo la consigna de contar lo que estás haciendo en 140 caracteres me parecía hilarante y pelotuda en doble mano, para quien contaba y para quien leía eso.
Al segundo estado llegué pocos días antes de abrirme una cuenta. Leí por ahí que periodistas deportivos del diario La Nación cubrirían no sé que partido importante por este sistema. Entre ellos tipos como Gantman y Arcucci, que siempre es bueno prestarles atención. Ahí me picó el bichito y pensé que podía tener usos periodísticos muy interesantes y el concepto mismo de “microblogging” era alentador. Parecía un lugar no sólo dispuesto para experimentar el envío-recepción de noticias instantáneas sino también para “postear” ideas sueltas que, o no merecían mayor desarrollo en el blog, o podrían servir de engendro para artículos mayores. Por eso decidí entrar y ver que onda. Dos meses después estoy en condiciones de analizar que es Twitter, por lo menos para mi y por ahora. En otro post lo cuento.