viernes, octubre 16, 2009

La noche que la matamos


* Por esas cosas accidentales de la vida mandé este texto hace unos meses a una selección de la Editorial Dunken. Vaya a saber que tendrían en la cabeza estos tipos que a pesar de todo lo eligieron para participar del libro de cuentos “Manos que cuentan”, publicado este año. A modo de autohomenaje, autobombo y demás autos, aquí lo reproduzco.

La noche que la matamos

Una noche inspirada de junio te lo propuse sin que te dieras cuenta. Llevaba meses mirándote e imaginando como sería estar cara a cara para ofrecerte ésto. Quería ser sutil para no asustarte, pero era demasiado trabajo para mis propios miedos.
Esa noche, menos mal, la suerte estuvo de mi lado y todo pasó muy rápido. De repente me encontré sobre tus ojos y aguantándote la mirada.
Semejante sociedad criminal merecía nacer así de intempestiva y al amparo de los primeros fríos del invierno. Las palabras, letra por letra, fluyeron como nunca y llegaron exactamente adonde yo quería que llegaran. Te convencieron, te gustaron y te halagaron. En ése orden. Sí, me dijiste de manera nada consciente, estabas lista para ayudarme a cargar con todo ese peso. Juntos, o, más bien con tu ayuda, yo estaba pronto para tomar el hacha y cortar con furia para matar de una vez a esa vieja hija de puta y castradora que es la palabra imposible. Palabra bastarda, sin identidad propia, parasitaria de otra mucho más humana y activa.
La amputación fue todo un éxito, nos dijimos con la mirada. La dividimos y sangró poco, porque ni ese fluido le corre por dentro a esa palabra de mierda. Nos reímos de todo y de todos. Lo festejamos mucho, pero sin saber que era un triunfo pasajero. Por un momento creímos, o me hiciste creer, que la misión estaba cumplida.
Unos minutos después, aún con la incredulidad en cada yema de mis dedos, te estaba recorriendo de norte a sur. Nos cominos los cuerpos para no dejar rastros: el tuyo, el mío y el de ella, letra por letra, con una copa de vino tinto. Esa noche, el mundo fue un lugar inigualable.

1 comentario:

Mery dijo...

Qué texto espectacular!!!! Me encanta el modo en que escribís. Te felicito!

Beso