lunes, julio 12, 2010

No-elogio de la memoria


Una gran parte de las quejas que uno emite a diario están referidas a aquellas cosas que no tuvimos, no tenemos o no tendremos, por muy amplio que suene sobre todo esto último. En mi caso vengo a quejarme, humildemente, pero con fuerza, de lo sobrevalorada que está la función de la memoria en la actualidad.
Con esto –y aclaro para mojigatos y académicos- no me refiero a la utilidad que cobra en cuestiones realmente importantes. Por ejemplo aquellas ligadas a construcciones sociales, como puede ser la preservación de los asuntos fundamentales de la raza humana. No, simplemente me quejo de lo imprescindible que se vuelve en las relaciones “cotidianas”.
Las charlas en una cita, reunión de amigos, y hasta en una clase en la Facultad, están construidas en su mayoría por apelaciones al pasado. No solamente quien no sabe, sino quien no recuerda datos puntuales, corre el riesgo de quedar afuera de ese concierto social. Poniendo en juego, de esta manera, todo un mundo de vinculaciones que incluyen el sexo, la amistad y la educación. Y eso es una injusticia a reparar.
Esta parrafada puede sonar poco elegante, pero es necesaria. Me gustaría tomar la bandera de todos aquellos que por ejemplo, habiendo visto Casablanca, e interpelados en un pub por esa chica culta, no nos acordamos justo de quien fue el director. De los que cuando nos sorprende en medio de una picada la pregunta sobre si vimos tal película decimos que “no” aunque después de 5 horas recordemos que si la habíamos visto. De los que no memorizamos y en esa charla de café somos consultados sobre quienes fueron los presidentes entre Yrigoyen y Perón. También quiero defender a aquellos que no logramos en el climax de un fogón en la playa acordarnos de la letra de una canción que escuchamos mil veces y que justo se les dio a los demás por cantar grupalmente. Este último ejemplo es puntualmente patético porque nos sentimos algo asi como Roberto Giordano cuando intenta cantar en el medio de una hinchada.
Con estos ejemplos o situaciones podría hacer un catálogo y no es mi intención expandirme mucho más.
Para cerrar sólo me gustaría dejar en evidencia a un personaje nefasto que saca ventaja y se vale de esta situación y sobre el que ya escribiremos en otra oportunidad. Hablo del “inculto mentiroso” que, apenas sabe sobre 5 o 6 películas, 3 o 4 bandas y 2 y 3 libros, pero tiene el tino necesario para encajar en el momento justo de las reuniones ese pobre conocimiento y quedar como alguien interesante, entretenido, culturoso e inteligente. O sea, la sumatoria del hombre moderno más o menos deseado en todo ámbito social.
Por este lado, entonces, sólo queda denunciar a esos individuos y rogarle a nuestra escasa memoria que, entre otras cosas, la próxima nos de alguna palabra o frase más elegante que estas para cerrar una nota como la que acaban de leer.

Foto: "Memorias de un hombre invisible", José María Perez Núñez. Flickr

5 comentarios:

MissJulepina dijo...

Yo me sumo a la causa, mi memoria es como una gran bola de plastilina toda mezclada y multicolor. Nada queda al 100%... me olvido de todo, y por eso necesito de mi agenda (que tmb la olvido... El famoso despiste... vió?)

Diego dijo...

Es bueno saber que uno no está solo. Y por lo que veo usted participa en dos equipos. En el de los desmemoriados (como yo, que insisto, no logro acopiar datos) y se suma al de los despistados. En síntesis, está usted en serios problemas.

Unknown dijo...

Pero muchachin... eso no es novedad! Eso lo sabiamos hace como 22 años...

Mery dijo...

Defiendo a los desmemoriados y me cago en los que saben dos cosas y se la dan de que conocen todo. Sobre todo porque soy tan, pero tan, pero tan jodida que siempre -yo si soy memoriosa, como la señora (?)- pregunto cual profesora hija de puta el detalle más preciso. Y los cago siempre, SIEMPRE muajajajaja :P

Volviste al mundo blogger! a ver si te sigo y revivo el mio uno de estos días!

Diego. dijo...

Mery, no esperaba menos de vos!!! jajaja.
Se nota que, después de haber fracasado en mi nueva intentona universaitaria, ahora tengo más tiempo. Es por eso que he retomado un poco esa insana costumbre blogeril (?). Espero que sigas mi ejemplo (de volver a escribir, no de largar cosas, eh ja)y que vuelvas a tu blog. Es necesario que volvamos a los serios debates sobre las relaciones intergénero (?)!!!